La interpretación simultánea es un método que obliga a los intérpretes a permanecer en cabinas ayudados por auriculares y micrófonos. La interpretación se originó en los juicios que se llevaron a cabo en Núremberg, Alemania después de la Segunda Guerra Mundial para juzgar los crímenes cometidos por los nazis. Al principio, los intérpretes que trabajaban en la ONU llegaban a la Organización de manera fortuita y en el proceso de selección lo único que se les exigía era el conocimiento de las lenguas de trabajo y la habilidad para comunicar oralmente. Este era el perfil del intérprete hasta la década de los setenta. En 1970, comenzaron a proliferar asociaciones internacionales de intérpretes y escuelas especializadas, cuyos profesores solían ser intérpretes experimentados que aún seguían en activos, con la enseñanza de las técnicas de interpretación al margen de la ONU, los procesos de selección comenzaron a sofisticarse, y exigían a los empleados una base técnica que en épocas anteriores debían adquirir con la práctica. A partir de ese momento y hasta la actualidad, los intérpretes que trabajan en la Organización han recibido una sólida formación.
En la actualidad, el inglés se ha convertido en el idioma de comunicación por excelencia. Por supuesto que sigue existiendo el Servicio de Interpretación en la ONU, pero de todos es sabido que ningún Gobierno envía a la ONU representantes que no comprendan y hablen el inglés de manera fluida. A pesar de esto, la necesidad de la interpretación aún es evidente y no solamente porque los otros cuatro idiomas de trabajo aún prevalecen. En numerosas ocasiones, la temática de las conferencias es muy compleja y no basta con tener conocimientos del idioma para entender tecnicismos de un lenguaje de especialidad. En este sentido, la figura del intérprete se afianza como un intermediario entre interlocutores que, en principio no se entienden, y cuya comunicación debe ser satisfactoria. Así mismo, hay que destacar que hoy en día los intérpretes se ven obligados a trabajar a una velocidad demasiado rápida en la que el cerebro debe procesar la información y reproducirla de manera coherente a la vez que se sigue captando información.
Fabiola Lazarte
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