4 de junio de 2011

¡No hay que confundir ser bilingüe con ser traductor!


La mayoría de personas confunde ser bilingüe con ser traductor,  pero eso es totalmente falso. Con frecuencia uno puede escuchar:"le voy a pedir a mi esposa que lo traduzca... es mexicana" o "le voy a pedir a mi cuñado que revise la traducción al chino, porque él se crió en China". Pero lo que puedo asegurar es que el hecho de que una persona haya nacido y estudiado en los Estados Unidos no es garantía de su capacidad para redactar en inglés. No porque una persona sea francesa se convierte en un traductor calificado de francés... ¡quizás haya tenido un promedio bajísimo en Lengua durante su época de estudiante! Es por ello que estoy segura de que  ser bilingüe no convierte a una persona en un traductor.
 La traducción es un arte. Aun cuando una persona tenga un excelente dominio de su lengua materna, no necesariamente será un buen traductor. Existen excelentes redactores bilingües que simplemente odian traducir... ¿y quién puede hacer un buen trabajo sin una cuota mínima de pasión?
Un buen traductor sabe de qué manera parafrasear respetando el contexto idiomático. Por mis años de trabajo con traductores, puedo asegurar que la diferencia está en la experiencia.
Todos sabemos que las traducciones no pueden ser literales: es necesario estudiar el texto y reorganizar las frases para lograr una traducción fiel pero adaptada a otra cultura. En otras palabras, un traductor no sólo debe ser buen redactor, sino que debe poseer un conocimiento cabal de las derivaciones culturales que cada traducción específica puede tener.

Es por ello que al contratar un traductor, se recomienda contratar alguien que esté capacitado. Es necesario verificar exhaustivamente las referencias, buscar el nombre del traductor en Google, porque ese profesional debe estar presente en los diferentes foros y blogs relacionados con la traducción.
Y sobre todo recuerden que al recibir una traducción de japonés, no hay que recurrir a "un amigo japonés" para que determine si está bien hecha ya que en la mayoría de los casos, es probable que esta persona no esté calificada para evaluar la calidad de una traducción.

Finalmente, tampoco hay que buscar el precio más barato! Los buenos traductores son profesionales con estudios que merecen una remuneración justa por su trabajo.


 por Shirley Ruiz

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